Toda su vida buscó su destino,
Tanto buscar y ni una pista encontrar,
Le llevaron a desviar su camino.
Se pierde en un mundo,
De vicios, placer y dolor,
Más incluso en el mundo de gran perdición,
Encuentra señales que le hacen saber,
Que al camino correcto se ha de volver,
Con respuesta a sus plegarias le han de salvar,
Para que el mundo de oscuridad,
Nunca vuelva tomar.
Transita por la vida con gran felicidad,
Más pasa el tiempo y comienza a olvidar,
De donde su Dios le quiso sacar,
Y el valor de las promesas,
Que este le dió.
La ira de Dios por un instante sintió,
Al dejarle sin todo,
Por lo que tanto luchó.
En un mar de tristeza y dolor,
Por fin la verdad comprendió,
Ni una instante en la vida,
su Dios le abandonó,
Por su fortaleza y gran corazón,
Perderse en el mundo se le permitió,
Para que pudiese tal mundo entender,
Y por fin su destino comprender.
Camina por la vida, con dirección,
Cumpliendo el propósito,
Que un día descubrió,
Agradeciendo a su Dios cada día,
Por el camino que hace tanto forjó.